Parricidio
Eusebio apareció una madrugada incrustado en el cartel de Coca Cola frente al Obelisco. Estaba vestido de Papá Noel.
La foto se había viralizado en todas las redes sociales y los programas de televisión cuando la policía todavía no tenía ni una idea remota de cómo había llegado ese hombre a esa posición mortal.
Las cámaras no registraban nada. Wilfredo de la pizzería Ugi’s declaró que sólo vio el cadáver cuando ya estaba amalgamado entre las luces Led que siguieron brillando. Y eso que había pasado toda la madrugada barriendo la vereda para estar lejos de la cocina.
Después de despegar al cuerpo del cartel en un operativo de los bomberos que obligó a cortar los carriles del Metrobús durante cuatro horas, la policía habló con la familia del muerto para reconstruir los hechos. Pero no obtuvo ninguna pista para resolver el caso.
Su esposa y sus hijos declararon lo mismo: Eusebio se había ido a dormir la noche anterior después de ver un capítulo de La Ley y el Orden. Había comido cuatro empanadas de carne suave y había tomado soda. No había hecho ninguna declaración fuera de lo común y su único desliz había sido un eructo entre la tercera y cuarta empanada.
El único que no fue consultado por la policía fue el hijo menor de Eusebio, Timoteo, de siete años.
La noche siguiente al episodio, Timoteo entró al cuarto de su madre.
–Mami, yo sé lo que le paso a papá.
La mujer de Eusebio, que estaba desconsolada, abrazó al nene.
–Antes de irme a dormir me dijo “que se cumplan todos tus sueños” y yo soñé que papá era Papá Noel, mami.
–Hijito, lo que le pasó a tu papá no tiene explicación, pero te aseguro que no es tu culpa.
La madre apoyó la cabeza del chico en su pecho y le acarició el pelo. Se quedó pensativa mientras el nene permaneció en silencio durante dos minutos.
–Pero en el sueño papá se chocaba el cartel de Coca Cola, mamá.
La madre empezó a consternarse.
–¿Y por qué soñaste con algo así, hijito?
–Es que yo odio a Papá Noel, porque es un rata que nunca me trae lo que le pido. Así que bien muerto está ese hijo de mil puta.
